domingo, 15 de marzo de 2015

Artritis reumatoide, una enfermedad que va más allá de las articulaciones


¿Sabías que la artritis no solo se manifiesta en las articulaciones? ¿No tenías ni idea? Pues así es: en el 40% de los casos, además de en las articulaciones, la artritis también se presenta en otras zonas del sistema musculoesquelético. E incluso en otros órganos.

Tanto la pérdida de masa ósea como la debilidad muscular son complicaciones muy comunes asociadas a la artritis. Hoy vamos a explicarte qué sucede en nuestros músculos y huesos cuando sufrimos artritis.

¿Por qué perdemos masa ósea?

En la artritis reumatoide se juntan muchos factores que hacen que el hueso sufra osteopenia, que tenga menos densidad: la inmovilidad derivada del dolor, el proceso inflamatorio y el uso de glucocorticoides por parte de algunas personas. De hecho, lo más típico es que el hueso se desmineralice en la zona de alrededor de la articulación.

¿A qué se debe la debilidad muscular?

Al igual que ocurre con la pérdida de masa ósea, el dolor lleva a la inactividad, y esta, a su vez, a que los músculos se atrofien y pierdan capacidad. Además de la inactividad, otros procesos asociados a la artritis hacen que la debilidad pueda aumentar. Nos referimos a la miositis (la inflamación de los músculos esqueléticos), la vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos) e incluso un efecto secundario de los corticoides llamado miopatía.

Parece claro: tanto la pérdida de masa ósea como la debilidad muscular se deben a un círculo vicioso derivado del dolor. Al sufrir dolor, no hacemos ejercicios y la falta de ejercicio nos lleva a experimentar más dolor. Pero, ¿qué podemos hacer para escapar de esta espiral? El ejercicio ha demostrado reducir el dolor y mejorar la calidad de vida, así que parece evidente que tendremos que hacer un pequeño esfuerzo y ponernos manos a la obra con la actividad física. Eso sí, evitando grandes metas, haciendo cosas sencillitas.

Manos a la obra

Antes de empezar, es importante que te prepares bien para evitar el dolor y la rigidez. Una ducha de agua caliente previa puede ayudarte a atenuar la rigidez inicial. También es imprescindible que calientes y estires al principio y final de la actividad durante aproximadamente 15 minutos. Los ejercicios de estiramiento nocturnos también pueden ayudar a mejorar la rigidez matutina.

Ejercicio a tu medida

Te recomendamos que optes por cualquier ejercicio que proporcione flexibilidad y fuerza, que sin duda son los más adecuados para la artritis. ¿Por ejemplo? Ejercicios en el agua, tai chi, yoga… El aerobic de bajo impacto también puede ser muy beneficioso. Además, es importante que también tengas en cuenta otras consideraciones:

- Camina en superficies planas, sobre todo si tienes problemas de cadera, rodillas, tobillos o pies.

- Usa zapatillas deportivas con plantilla que reduzcan el impacto.

- Haz movimientos suaves y evita actividades de alto impacto como correr.

- Evita movimientos extremos tanto de fuerza como de estiramiento, sobre todo en las articulaciones afectadas.

-Evita el sobreesfuerzo de las articulaciones alternando brazos y piernas.

- No ignores el dolor. Si sientes daño, baja el ritmo y trata de tener controlados los ejercicios que te producen demasiado daño. Es importante que no tomes demasiados antiinflamatorios o analgésicos antes de realizar el ejercicio para no enmascarar el dolor y sobrepasarte.

- Cuida mucho las posturas. Debes ser capaz de repetir el ejercicio durante 8-10 veces sin sentir dolor.

- No te olvides de las manos y las muñecas. También debes ejercitarlas cada día.

El deporte no es lo mío, ¿no tengo otra alternativa?

¡Por supuesto que sí! Si lo de hacer ejercicio no es santo de tu devoción, no tienes que preocuparte. Se ha demostrado que otro tipo de actividades de nuestra vida cotidiana nos ayudan a mantenernos en forma. Cosas como hacer las tareas de la casa, las labores de jardinería, jugar con tus nietos o disfrutar de paseos relajados pueden servirte para cuidar tus articulaciones y evitar que se atrofien.

Mantenerse activo sufriendo las consecuencias de una enfermedad como la artritis no es fácil. Conlleva fuerza de voluntad y esfuerzo, pero los resultados de llevar una vida dinámica son muchos, ¿vas a dejar que la artritis siga haciendo de las suyas? En tus manos está ponerle freno.

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